¿Quién hubiera pensado antes del mundial –exceptuando a Sergio Gorzy, claro está– que Uruguay estaría entre las 8 mejores selecciones del mundo?
Al menos nosotros y las personas con las que hablamos del tema, coincidíamos en que con superar la fase de grupo estábamos cumplidos, y que llegar a cuartos de final era la máxima aspiración posible.

Y lo más notable es que la Selección no ha llegado hasta aquí por casualidad o por suerte. Venció en su grupo con toda justicia y claridad. Y gracias a ello tuvo la posibilidad de enfrentar a un equipo no tan duro como otros. Y volvió a ganar por mostrarse superior a su rival, más allá de haber sido superado por éste durante veinticinco minutos. Pero en los setenta minutos restantes Uruguay fue más que Corea del Sur.
Ahora jugará ante una selección más fuerte. Es lógico, las pruebas son cada vez más duras cuanto más cerca se está de la meta.
Tenemos la misma expectativa de todos por esta nueva instancia y soñamos con estar en la élite de los que juegan la Copa hasta el último día. Pero creemos que esta Selección ya ha llegado a lo máximo a lo que podía aspirarse inicialmente.
Por eso, todo lo que venga de ahora en adelante, será más que un éxito; será una hazaña. Y si no viene nada más, pongamos las cosas en su justo lugar. Disfrutemos lo obtenido, y aprendamos de ello para seguir creciendo y mejorando. Porque esta selección ha mostrado que pueden obtenerse logros impresionantes cuando se reconocen con honestidad las propias debilidades y fortalezas, y se trabaja a conciencia para superar y disimular las primeras, y potenciar las segundas. Y esta es una gran lección para todos en nuestro país. Y no hablamos sólo de fútbol.
Comentarios