por Daniel Amorín Mi padre murió en 1992. Según el acta de defunción, de un paro cardíaco. Pero el médico, sus familiares y amigos, sabemos que murió de cáncer. No es que el médico se haya confundido u obrado de mala fe, sino que, en efecto, lo que lo hizo dejar de respirar fue su corazón que dijo “basta”. Desconozco si mi padre integra la estadística de muertos por cáncer o por ataques cardíacos. Pero supongo que integra la del cáncer. Sería lo correcto y honesto, ya que padecía un cáncer terminal y no tenía problemas cardíacos. Simplemente una falla cardíaca fue la reacción del organismo a sus padecimientos. Debería decir incluso, la piadosa reacción del organismo, porque lo que tenía por delante era una dolorosa agonía. ¿A qué viene esto? Las estadísticas dependen de la honestidad de quien carga los datos. Según las estadísticas, hoy hay X muertos por Covid 19. Pero cuando profundizamos en la información (y cuando nos dejan hacerlo…) resulta que la enorme mayoría ...