Arrancamos temprano.
Apenas bajamos a las 7:00 en la garita del km 217 de ruta 8 empezamos a filmar.
Bajo el cielo tormentoso, las luces de Pirarajá todavía encendidas. Algunos vecinos ya levantados, avanzan hacia la ruta.
Marta ordeña la vaca, y desde la cañada de Carmelito se puede ver la tormenta que se viene. Los chiquilines llegan a la escuela. Y una de las panaderías inicia el reparto cotidiano por el pueblo.
A
lo lejos, la camioneta con Tito lleva trabajadores, y en el Centro de
Atención Ciudadana la gente se va acercando. Es día de cobro.
Tito va y viene, y nos lleva hasta el Cebollatí entre truenos y relámpagos.
Esta vez los pronósticos acertaron y antes de llegar al mediodía, el rodaje continuó bajo agua.
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