por Adriana Nartallo
Como me comentara un
amigo hace poco, las series de TV que dominan hoy las pantallas en todo el
mundo son, ni más ni menos, los “folletines” del siglo XXI. Como si no se pudiese o no funcionase hacer otra cosa.
Les presentamos aquí un ejemplo de serie para televisión de calidad y diferente: una serie de la televisión pública polaca.
Telewizja Polska, fundada en los años ‘50, no sólo tiene en su haber una interesante producción de ficción para TV sino que también ha participado en la realización de muchas películas polacas que han llegado a la pantalla grande (muchas de ellas presentadas en Uruguay en el 31º Festival cinematográfico internacional del Uruguay). Una de esas realizaciones para TV que también llegó al cine fue la famosa serie de unitarios “EL DECÁLOGO” de Krzysztof Kieslowski.
Krzysztof Kieslowski
(1941-1996) es un cineasta interesado en el alma humana, y en conceptos
universales como la libertad, la moral y el sentido de la vida. Pero su cine no
señala cómo sus personajes deben actuar, sino que tiene un grado de ambigüedad
tal que la línea entre el bien y el mal siempre es estrecha y da margen a la
discusión.
Con “El Decálogo” así
como también con la trilogía “Blanco”, “Rojo” y “Azul”, o en “La doble vida de
Verónica”, Kieslowski invita a la
reflexión sobre la libertad individual, la tolerancia, las decisiones que
tomamos y el sentido profundo de nuestras vidas.
Sus películas, particularmente
las del Decálogo, no son una intelectualización filosófica que muchos podrían
entender como aburrida. Y seguramente,
en varios de los temas planteados como la pérdida de valores de la gente, la manipulación afectiva de una ex amante con
su ex pareja en la noche de Navidad cuando él debería estar con su familia; la
relación conflictiva de padres e hijos, muchos de ustedes encuentren puntos en común con los que se
sientan identificados.
La idea de
filmar una aproximación a los 10 preceptos morales del Antiguo Testamento
fue de su guionista y amigo Krzysztof Piesiewicz.
Inicialmente rechazó la propuesta por la dificultad que veía para filmarlo, pero tras un viaje por Europa occidental dando conferencias en los años ‘80, se convenció de que tenía que hacerlo.
Inicialmente rechazó la propuesta por la dificultad que veía para filmarlo, pero tras un viaje por Europa occidental dando conferencias en los años ‘80, se convenció de que tenía que hacerlo.
«Kieslowski percibe que por las calles de Occidente, en medio de un clima de libertad política, también "reinaba la inseguridad, no sólo en lo político sino en la vida cotidiana, común y corriente. Bajo las sonrisas amables había indiferencia hacia los demás. Me sobrecogía la impresión de que la gente ya no sabía para qué vivía. Esto me llevó a pensar que Piesiewicz tenía razón, y que aunque se tratara de una idea difícil, había que filmar el Decálogo"»*
En “El Decálogo” no se
encontrarán con ningún planteo de tipo religioso. Kieslowski al respecto dice: “Yo
no creo en Dios, pero mantengo una buena relación con él” *.
Los protagonistas de cada
capítulo, que comparten su vida en un gris complejo habitacional muy similar al complejo Euskal Erría montevideano, son distintos personajes que intentan luchar contra las
crisis morales causadas por la compleja forma de vida posmoderna.
Aunque es una realización del año 1989 es notable la vigencia del planteo.
Las diferentes tramas están
relacionadas a crisis existenciales que rondan los mandamientos, en algunos
casos acompañando el significado "literal" y en otros,
cuestionando o emprendiendo nuevas reflexiones a partir del mismo.
Gracias a la TV Pública argentina que presentó la serie en su momento, es posible acceder a los capítulos en Youtube.
Gracias a la TV Pública argentina que presentó la serie en su momento, es posible acceder a los capítulos en Youtube.
Aquí les dejamos los
links de todos los capítulos:
*”Azul/Blanco/rojo. Kieslowski en busca de la libertad y el amor”. Julio
Rodríguez Chico. Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid, 2004.
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