Esto es lo notable de la Cinemateca.
Somos socios de la institución desde los años 82,
83. Hemos visto cuanto ciclo o muestra retrospectiva se ha organizado, y nos aún
hoy nos sigue sorprendiendo.
Como un mago sacando conejos de la galera, Cinemateca
sigue sacando retrospectivas de cineastas desconocidos que vale la pena
conocer.
En este caso se trata de los cineastas británicos
Michael Powell y Emeric Pressburger de quien nunca habíamos escuchado hablar.
Según la información del boletín que presenta este
ciclo, “fueron una suerte de anomalía dentro del cine británico de los años 40
y 50”.
“Emeric
Pressburger (1902-1988) y Michael Powell (1905-1990) hicieron, juntos y separados
(pero especialmente juntos) algunas de las películas más fantasiosas,
experimentales, creativas y poéticas que hayan salido nunca del Reino Unido.
Como creadores de un universo audiovisual artificial y autosuficiente acaso
tienen en el cine
de su país un solo continuador, menos atrayente y de trayectoria más despareja
(Peter Greenaway). Si hay que buscarles equivalentes fuera de él, la referencia
más directa puede ser Vincente Minnelli.
Aunque
resulta difícil separar la contribución de ambos autores, por lo general
Pressburger modelaba la estructura de las películas y tenía más peso en la
preparación de la producción y de la posproducción, mientras que Powell
escribía el guión inicial, era el director en el plató y proporcionaba la
mayoría de las ideas visuales.
Hasta
que los nazis lo expulsaron de Alemania, Pressburger había centrado su carrera en
la UFA, la principal productora alemana. Powell, por su parte, debe su
aprendizaje a las
películas inglesas de bajo presupuesto, forjando su estilo a
partir de los maestros del cine mudo, e inspirándose en el trabajo de Walt
Disney y de Ludwig Berger.
El
director y productor Alexander Korda los presentó en 1938 y comenzaron a
escribir, producir y dirigir en común, frecuentemente a través de su propia
empresa, The Archers.
Aunque deudores de la tradición de Korda -un
enamorado del cine suntuoso y espectacular- sus mejores películas supieron
exhibir un carácter netamente personal. El fantástico universo visual de Powell
se combinaba idealmente con las preocupaciones filosóficas de Pressburger.
El presente
ciclo, que reúne varios de los mejores films del equipo (algunos nunca
exhibidos en Montevideo) proporciona un adecuado resumen de su obra. También
incluye, por lo menos una rareza.
El ciclo arrancó el pasado jueves 15 y va hasta el jueves 29. Toda la programación en Cinemateca: www.cinemateca.org.uy
Les transcribimos algunas de las
películas que nos resultan más interesantes del ciclo:
Sala Cinemateca (Carnelli)
Martes 20. A las 17.50, 19.30 y
21.10 hs
SÉ A DONDE VOY. Reino Unido, 1945
Joven de clase media está dispuesta a ascender socialmente mediante
el matrimonio, pero durante su viaje para encontrarse con su futuro esposo
interfiere un tercero en discordia. Un sutil estudio de sentimientos y
caracteres, con brillos de realización, agudeza de observación de conductas y
personajes tridimensionales.
Viernes 23. A las 17.10, 19.30 y
21.50 hs
LAS ZAPATILLAS ROJAS. Reino
Unido, 1948
Las tensiones entre el “amor verdadero” y el empeño en ser una
estrella del ballet, libremente inspirada en un cuento de Anderssen. Una
incursión en al mundo del arte, la creación y la locura, con brillos de puesta
en escena y una entrelínea trágica. Lo que debió ser El cisne negro si hubiera
estado bien hecha.
Jueves29. A las 17.40, 19.30 y
21.20 hs.
TRES ROSTROS PARA EL MIEDO. Reino
Unido, 1960.
El único film importante que Powell realizó sin Pressburger en el
otoño de su carrera. Maltratado por la crítica en su momento, ha venido
creciendo con el tiempo. Es, junto con Psicosis, una de las grandes historias
de serial killer del período.
La rareza, que tiene que ver con Uruguay, va el Martes 27. A las 17.25, 19.30 y
21.35 hs.
LA BATALLA DEL RIO DE LA PLATA. Reino Unido,
1956
Tal vez la más impersonal película de The Archers: una decente pero
no memorable recreación de la
persecución y destrucción del Graf Spee, con bastante apego a los hechos
históricos. Para los uruguayos tiene un interés
adicional: en el Montevideo filmado por el equipo de Segunda Unidad hay
extras vestidos de gaucho, y Christopher Lee es dueño de un boliche.
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