En el boletín de novedades de la Cámara Audiovisual del Uruguay, se puede acceder a una convocatoria a productoras de video, proveniente del “Programa Regional de Emprendedorismo e Innovación en Ingeniería” de la Fundación de la Universidad Nacional del Sur, promovido por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).
La convocatoria tiene por objeto contratar a una productora de video que califique para realizar materiales audiovisuales de carácter pedagógico.
Dichos materiales deberán ser presentados en formatos de video analógico “Beta Cam SP” y en video digital “Mini Dv”, además de copias en “VHS” y “CD Media Player”
Pero el motivo de este artículo no es informar sobre esta convocatoria, sino reflexionar sobre dos aspectos.
Tan grande es el espíritu de innovación de la ANII, que auspicia un programa de “emprendedorismo”, palabra que en vano buscaremos en el Diccionario de la Real Academia Española. La inclusión de este vocablo, que podríamos calificar de entusiasta, es una muestra más de la capacidad innovadora de la ANII.
Capacidad a la que –nobleza obliga– nos tienen acostumbrados otros programas de marcada preocupación social, que usan con energía y locuacidad términos igualmente inexistentes como empoderamiento, por nombrar sólo el más simpático.
Pero por lo ya expresado, no resulta sorprendente que la ANII innove en materia lingüística con un programa de emprendedorismo.
Lo que más llama la atención es que dicho entusiasmo para innovar conviva con un pedido de materiales en formatos obsoletos en la era del video digital, como lo son el Beta Cam SP y, sobre todo el VHS, al que ya es difícil encontrar aún en las viviendas más modestas.
Esta capacidad para la torpeza –que nunca temina de sorprendernos– de quienes ejercen el poder en pequeña o gran escala en órbitas públicas o privadas, me recuerda la estupenda sentencia de Alberto Candeau: “no hay nada más peligroso que un mediocre con tiempo”.
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