Por un momento habría que imaginar que los Reyes Magos no llegan en sus camellos el 6 de enero sino el 31 de diciembre, con todos los regalos posibles que tanto queremos todos. Más allá de los repetidos pero tan ciertos lugares comunes de salud y trabajo, ojalá que el 2014 sea un año para que todos trabajemos con ganas, con verdadera "pasión celeste", para realizar nuestros proyectos.
Por un momento habría que imaginar que los Reyes Magos no llegan en sus camellos el 6 de enero sino el 31 de diciembre, con todos los regalos posibles que tanto queremos todos. Más allá de los repetidos pero tan ciertos lugares comunes de salud y trabajo, ojalá que el 2014 sea un año para que todos trabajemos con ganas, con verdadera "pasión celeste", para realizar nuestros proyectos.
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