Séptima parada: Ciudad del Plata
Ciudad del Plata, desde 2006, constituye la zona conocida antes como Rincón de la Bolsa, ubicada a 22 km de Montevideo en el departamento de San José, con una población de poco más de 31.000 habitantes, contando todo el conjunto de fraccionamientos que ahora se denominan barrios de la ciudad.
Nuestro destino: la visita a la escuela 119, una escuela "especial" de la educación pública, que atiende en dos turnos a niños con discapacidades físicas e intelectuales de la zona, y tiene una lista de espera de más de cien niños para ingresar.
Una escuela que, como nos decían su directora y maestras, se sintió feliz al ser elegida por el equipo de ProLEE para formar parte de la experiencia porque se sienten "el último orejón del tarro". Y tienen motivos para sentirse así.
La realidad golpea con toda dureza a estos niños porque no sólo corren con la desventaja de su situación personal, sino que además en muchos de estos casos se dan situaciones de desinterés o definitivamente de abandono por parte de sus padres. Muchos están todo el día en la escuela y el contacto con los familiares es escaso.
En ese contexto, Biblioteca solidaria y la experiencia de la lectura compartida es una instancia fundamental de afecto con estos niños.
Son pocos los padres que participan, pero se dan casos emblemáticos como el de Rosita, que siempre se hace un tiempo para colaborar con la escuela y destinar un momento a leerles historias.
Así, para muchos de estos gurises, las maestras y directoras, Rosita y algunas pocas madres más, son todo: casa, alimento y afecto.
Ciudad del Plata, desde 2006, constituye la zona conocida antes como Rincón de la Bolsa, ubicada a 22 km de Montevideo en el departamento de San José, con una población de poco más de 31.000 habitantes, contando todo el conjunto de fraccionamientos que ahora se denominan barrios de la ciudad.
Nuestro destino: la visita a la escuela 119, una escuela "especial" de la educación pública, que atiende en dos turnos a niños con discapacidades físicas e intelectuales de la zona, y tiene una lista de espera de más de cien niños para ingresar.
Una escuela que, como nos decían su directora y maestras, se sintió feliz al ser elegida por el equipo de ProLEE para formar parte de la experiencia porque se sienten "el último orejón del tarro". Y tienen motivos para sentirse así.
La realidad golpea con toda dureza a estos niños porque no sólo corren con la desventaja de su situación personal, sino que además en muchos de estos casos se dan situaciones de desinterés o definitivamente de abandono por parte de sus padres. Muchos están todo el día en la escuela y el contacto con los familiares es escaso.
En ese contexto, Biblioteca solidaria y la experiencia de la lectura compartida es una instancia fundamental de afecto con estos niños.
Son pocos los padres que participan, pero se dan casos emblemáticos como el de Rosita, que siempre se hace un tiempo para colaborar con la escuela y destinar un momento a leerles historias.
Así, para muchos de estos gurises, las maestras y directoras, Rosita y algunas pocas madres más, son todo: casa, alimento y afecto.
Rosita leyéndoles a los niños en clase |
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